“Palestina en la memoria”
La Facultad de Ciencias de la Información acoge un acto junto al embajador de Palestina en España, Husni Abdel Wahed
La Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid acogió la semana pasada la jornada conmemorativa “Palestina en la memoria”, un encuentro de reflexión y recuerdo. La sesión reunió a figuras del ámbito diplomático, periodístico, artístico y académico, entre ellas, el embajador de Palestina en España, Husni Abdel Wahed; la periodista Teresa Aranguren; el escritor Carlos Olalla y el cineasta Martín Guevara, director de Behind the Wall (2018), nominado a los premios Goya.
La jornada comenzó con la proyección de Behind the Wall. un retrato de la Palestina actual a través de la historia de Tareq Samhan, antiguo combatiente de las Fuerzas Armadas de Al-Qassam (Hamás), que es liberado tras trece años de prisión. También muestra la historia de los palestinos que viven en una dura cotidianidad, de los niños que en vez de jugar al fútbol en la plaza o dibujar tiran piedras a los soldados israelíes.
Tras la proyección, Carlos Olalla leyó un poema del escritor palestino Mahmud Darwish, una de las voces más emblemáticas de la poesía árabe contemporánea, cuyos versos sirvieron como puente entre el arte y la memoria.
El embajador Husni Abdel Wahed dedicó su intervención a “los heridos y quienes siguen sufriendo”. Subrayó la importancia de mantener vivo el recuerdo de su tierra, especialmente a través de las mujeres palestinas, “guardianas de la cultura y la identidad de nuestro pueblo”. Abdel Wahed fue contundente al referirse al llamado “tratado de paz” impulsado por el presidente estadounidense Donald Trump y lo calificó de “engaño diplomático”. “Trump se atreve a hablar de paz y de poner fin a una guerra que lleva tres mil años viva, pero lo hace sin Palestina ni Israel”, señaló.
Según explicó, este supuesto acuerdo es “un salvavidas para los intereses israelíes”, diseñado para desviar la atención internacional y “normalizar lo que es anormal: la ocupación y el genocidio”. Detalló las cuatro fases del tratado, entre ellas la liberación de presos de guerra—1968 personas, de las que más de 250 fueron encarceladas sin juicio—, la entrada limitada de ayuda humanitaria —“solo 986 camiones de los 9000 previstos”— y una reconstrucción de Gaza “a medida de los ocupantes”. La periodista Teresa Aranguren bromeó con que se trata de un “segundo Marina d’Or”.
Abdel Wahed advirtió que, mientras la mirada internacional se centra en Gaza, los ataques sobre Cisjordania continúan con más intensidad y concluyó su intervención recordando que “mientras no se aborden las raíces del problema, este nunca acabará”.
Aranguren, ex corresponsal en Jerusalén, situó el origen de esta guerra “hace más de un siglo, en el colonialismo europeo y su racismo estructural”. Recordó que Palestina existe desde hace más de 15.000 años, como prueban grabados y manuscritos antiguos, aunque su historia haya sido “intencionadamente borrada”.
“Esta guerra no es nueva. Es más atroz, pero ya ocurrió”, advirtió Aranguren. Para ella, el conflicto actual hunde sus raíces en la supremacía occidental y los intereses coloniales que hoy continúan bajo nuevas formas políticas. “Se está intentando vaciar Gaza con el aplauso de Estados Unidos”, denunció.
Tras las intervenciones principales, Olalla preguntó a Guevara y Aranguren cómo veían el futuro palestino. La periodista respondió con sinceridad: “No tengo capacidad de verlo.” Según su visión, en términos técnicos y de justicia política, la solución más coherente sería un único estado democrático, sin distinción religiosa ni étnica. “Donde no importe si eres judío, musulmán, cristiano o ateo”, señaló.
En ese momento, un palestino tomó la palabra desde el público. Narró su experiencia personal bajo la ocupación y aseguró que todo lo que se había contado y mostrado en la jornada ocurría realmente. También contó que llama cada día a sus hermanos para asegurarse de que siguen con vida y narró cómo uno de ellos había sido detenido por soldados israelíes y cómo su madre —sola ante diez soldados armados— impidió que se lo llevaran.
Olalla tomó la palabra para citar a Abraham Verghese: “No somos de donde nacemos, sino de donde nos necesitan. Y ahora mismo, Palestina nos necesita. Por eso, todos somos palestinos.”
La jornada concluyó con la proyección de otros dos cortometrajes sobre Palestina: Postrauma y Vibraciones de Gaza. El primero explora cómo el verdadero monstruo es el miedo, cómo la población palestina vive entre la desconfianza hacia las autoridades y la violencia. El segundo cuenta la vida de niños sordomudos de la ONG Atfaluna durante la guerra.


